Pies del Coloso de Constantino

piede SX frontale @Musei Capitolini/foto Zeno Colantoni

Desde su traslado al Capitolio en 1486, los pies del coloso de mármol de Constantino han asombrado a los visitantes por su impresionante tamaño (más de 2 m). El emperador no llevaba sandalias ni botas: iba deliberadamente descalzo para parecerse más a un dios. Los pies, trabajados desde el principio en dos piezas separadas, adoptan distintas posiciones. El izquierdo tiene el talón levantado y sugiere una postura hacia atrás para la pierna (dispersa); el otro apoya toda la planta en el suelo y se completa con otros dos fragmentos pertenecientes a la espinilla y la rodilla. La pierna derecha puede, por tanto, reconstruirse en pose adelantada y descubierta para la mitad inferior. Salía de un manto ricamente drapeado, por lo que se supone que estaba hecho de láminas de bronce dorado o incluso de estuco pintado, hipótesis esta última poco creíble. El coloso se mantenía en pie gracias a un gran número de clavijas y barras metálicas, una especie de andamiaje que mantenía unidos los distintos componentes. Debido a su carácter polimaterial, necesitaba un mantenimiento constante.

 

La sala

Palazzo dei Conservatori - Cortile

Los dos pórticos contrapuestos y el amplio espacio abierto albergan notables ejemplos de escultura romana. 
A la izquierda se encuentran dispuestos los restos de la decoración de la celda del templo del divo Adriano, con relieves que representan las Provincias del Imperio romano y trofeos de armas. 
A lo largo de la pared derecha del patio, en la cual se han tapiado tres arcos de la primitiva estructura del siglo XV del palacio, se suceden fragmentos de una estatua colosal de Constantino procedente de la Basílica de Majencio.

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